mi historia

Xènia - El alma viajera detrás de Noble Nomads​

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Me llamo Xènia y desde pequeña he sentido una gran conexión con la naturaleza, el movimiento y la introspección. Siempre he creído que viajar no es solo conocer nuevos lugares, sino una forma de descubrirnos a nosotros mismos.

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A los 18 años, mi intuición me llevó a Marruecos sin saber exactamente por qué. Solo sentía que tenía que ir. Fue un viaje sin expectativas, sin planes rígidos, solo con la certeza de que esa experiencia me regalaría algo…y vaya si fue así…

Cuando aterricé en Marrakech, sentí una extraña pero reconfortante sensación de estar en casa. Todo era distinto y, sin embargo, mi alma reconocía algo en ese lugar. A medida que avanzaba el viaje, mi conexión con Marruecos se hacía más fuerte, pero no fue hasta que llegué al desierto del Sáhara cuando realmente comprendí el porqué de aquel llamado.

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Recorrí el desierto durante seis días junto a una familia nómada. Caminamos bajo el sol ardiente, vivimos una tormenta de arena, sentimos la lluvia en plena inmensidad y dormimos bajo la luna llena. En ese silencio absoluto, sucedió algo que nunca antes había experimentado: mi mente dejó de hablarme, los pensamientos desaparecieron, y solo quedó la quietud. Un instante de presencia total, de paz absoluta, como si todo en mí estuviera en su lugar.

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Esa sensación cambió mi vida. Volví al desierto una y otra vez. Cada vez que mi cuerpo me lo pedía, cada vez que necesitaba respuestas, cada vez que sentía que algo en mí debía transformarse. El desierto me hablaba y yo aprendí a escucharlo y por supuesto a amarlo.

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Con el tiempo, el desierto del Sáhara dejó de ser solo un destino; se convirtió en un segundo hogar, un refugio donde siempre encuentro claridad.

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En cada viaje, tejí relaciones profundas con personas que hoy considero familia. Entre ellas, la más pura y especial es Abdellah, quien se ha convertido en mi gran amigo, mi hermano del alma y un gran pilar para Noble Nomads.